La vivienda debe soportar las condiciones medioambientales sin deteriorarse, por lo que debe ser construida y tratada en armonía con el lugar donde se ubica. La sostenibilidad de una vivienda debe entenderse en sus dimensiones económicas, resultado de la eficiencia en su utilización, emocionales, por el confort y funcionalidad que proporciona a quienes la habitan, y ambiental por el impacto positivo en el medio ambiente.
De todos los factores que influencian la percepción de confort de un determinado espacio, los higrotérmicos y los luminosos son los más valorados. La energía es fundamental para que consigamos obtener esta sensación de confort. Pero si la vivienda no está bien acondicionada, se pierde un alto porcentaje de la energía que compramos a la red. Y cuanto más cantidad se pierde, más cantidad de CO2 liberamos en la atmósfera.
Como el escape de un coche, la vivienda tiene el suyo en la central eléctrica, y en la salida de la caldera de gas. Bajar la emisión de CO2 es fundamental, y se consigue actuando en puntos concretos de la vivienda mejorando su eficiencia energética. Se conseguirán facturas más bajas, mayor confort y lo mas importante, un impacto positivo en el Planeta! Una inversión cuyo retorno es garantido tanto pela economía en los consumos como por la valoración de los inmuebles.
El constante desarrollo de la tecnología, equipos y materiales, proporciona un amplio abanico de soluciones, que adaptadas a la situación concreta de cada vivienda, harán con que la emisión de gases de efecto invernadero baje de forma sustancial y que consigamos elevados niveles de confort sin prejuicio de la funcionalidad.